Ese día con el endemoniado temple de un adolescente queriéndose dar de golpes contra todos, pise un Dojo de Karate.
Primera clase; un espigado cinturón marrón con unos benditos puntapiés, rápidos, fuertes y fulminantes, llamado Ricardo Vaczy, mis primeros abdominales en el dojo; muchacho feo, despeinado, melena cual león de la Metro, se engancha conmigo, con sus brazos cruzados en el pecho, encorbado y cara de que cada abdominal le costaba una enormidad, el señor Alain Rebuffel cinturón verde, fue ese nene que con su casco de pelo daba miedito.
De esa clase, poco recuerdo, solo de sentirme Bruce Lee, si recuerdo cuando llegue a casa y quise hacer un punta pie giratorio y le baje un patadon a una repisa de mi vieja, no solamente la partí, que sino que también volé un toca discos por los aires, que fenómeno eh!!!!!!
Ese día marco un principio en el entendimiento del puño loco, el puño es justo, el loco es quien lo usa sin sentido creyendo que es el fin y no la herramienta.
A todos aquellos que contribuyeron y contribuyen día a día a mi practica, a mi crecimiento en todas las ramas del Budo mi mas profundo y sincero agradecimiento.
Domo Arigato Gosei Mashita
1 comentario:
a. No serían tan fulminantes los puntapiés del amigo Ricardo por cuanto ud. todavía respira.
b. Según tengo entendido, el amigo pelilargo todavía se esfuerza -penosamente debo agregar- en los abdominales.
c.Así, como de repente, me vino una curiosidad, ¿en cuantas ramas –del Budo- crece Ud.?
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